El principio de autonomía personal establece que las personas pueden realizar todas aquellas acciones que no se encuentran prohibidas ni afectan a terceros. En consecuencia, tienen el derecho de elegir libremente aquellas opciones que integren su plan de vida. El Estado no solo tiene prohibida su injerencia en ese ámbito, sino que además tiene el deber de otorgar a la ciudadanía todos los medios posibles para que pueda acceder a los derechos que le posibiliten elegir sin restricciones. Sin embargo, no todos los colectivos que integran la ciudadanía tienen acceso a los derechos en las mismas condiciones. El colectivo travesti-trans ha constituido históricamente una población invisibilizada y violentada. Su vida se encuentra aún marcada por violencias estructurales que provocan su marginación y derivan en una consecuente restricción en el acceso a los derechos más fundamentales. El presente estudio parte de una visión emancipatoria del principio de autonomía personal y propone profundizar sobre las limitaciones que el colectivo travesti-trans posee en su goce.

Departamento de Derecho, Universidad de San Andrés