Los cambios tecnológicos, socioeconómicos, políticos y culturales que hemos observado desde hace unos veinticinco años han afectado de manera profunda la organización de la producción y la fisonomía del mercado de trabajo. Ha aumentado en particular la competencia entre empresas a nivel global; este fenómeno las ha empujado a crear nuevas estructuras de producción, incluso su fragmentación, su deslocalización y su externalización. También han llevado a cabo una flexibilización interna que concierne a las condiciones de trabajo, o externa, con el recurso más y más frecuente de trabajadores independientes, de trabajo temporal y de teletrabajo. El objetivo de este artículo consiste en analizar la externalización de la relación de trabajo en los países europeos desde el punto de vista de los trabajadores y a esbozar la tendencia que identifique garantías que podrían constituir el embrión de un derecho nuevo. Además, se hacen algunas referencias, llegado el caso, a otras legislaciones nacionales.

Instituto de Investigaciones Jurídicas