Responsibility of Banking Entities against Electronic Fraud. The Duty of Safety and Prevention within the Framework of the Consumer Contract
Responsabilidad de las entidades bancarias ante estafas electrónicas. El deber de seguridad y prevención en el marco del contrato de consumo
Materia
responsabilidad; estafas electrónicas; phishing; seguridad y prevención; daño punitivo; responsibility; electronic scams; phishing; security and prevention; punitive damageDescripción
It seems necessary to deepen the analysis of the responsibility of banking entities in the face of the explosion of electronic fraud –which, above all, proliferated during the pandemic–, whose victims turned out to be –mostly– consumers of banking services. In times of the rise of new and modern technologies, it is imperative that banking entities intensify precautions for effective prevention and awareness against attacks by cybercriminals who are constantly modernizing the mechanisms used for searching and capturing data, personal codes and passwords of their clients. The security obligation emanates directly from the constitutional mandate contained in article 42 of the National Constitution, which lists, among the basic rights of consumers, “the protection of their security and economic interests”. The most common modality by which electronic scams are carried out is called “phishing”, however, there are other modalities that are also developed by cybercriminals. In general terms, and given the configuration of non-compliance regarding the duty of prevention and security that the banking entity must comply with within the framework of the consumer contract, the punitive damage appears to be entirely appropriate. Resulta necesario profundizar el análisis de la responsabilidad de las entidades bancarias ante la explosión de estafas electrónicas –que, sobre todo, proliferaron durante la pandemia–, cuyas víctimas resultaron ser –en su mayoría– los consumidores de servicios bancarios. En los tiempos de auge de nuevas y modernas tecnologías, es imperioso que las entidades bancarias intensifiquen los recaudos para una efectiva prevención y concientización ante ataques de ciberdelincuentes que constantemente modernizan los mecanismos de búsqueda y captación de datos, claves personales y contraseñas de sus clientes. La obligación de seguridad se desprende directamente del mandato constitucional contenido en el art. 42 de la Constitución Nacional, que enumera, entre los derechos básicos de los consumidores, “la protección de su seguridad e intereses económicos”. La modalidad más usual por la que se llevan a cabo las estafas electrónicas es la denominada phising, no obstante, existen otras que también son desarrolladas por ciberdelincuentes. En líneas generales, y ante la configuración del incumplimiento en lo que es materia propia del deber de prevención y seguridad que el ente bancario debe cumplir en el marco del contrato de consumo, el daño punitivo resulta enteramente procedente.
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Departamento de Derecho, Universidad de San Andrés