En este artículo nos proponemos examinar los cambios y continuidades en materia de política exterior argentina con relación al África subsahariana, resaltando que estos responden no sólo a una dinámica interna, sino también a una nutrida irrupción de variables explicativas de carácter exógeno, fundamentalmente en los primeros años en que se gestó un nuevo orden unipolar. Al focalizar y profundizar muestro análisis en el período 1983-2007, podemos observar más fácilmente –en un contexto signado por la sucesión de gobiernos democráticos– visibles contrastes entre los diseños de agenda exterior hacia el África subsahariana identificando como consecuencia de ello aumentos o retracciones en los flujos de vinculación horizontales. Reflexionar a través de este estudio de caso sobre las vinculaciones Sur-Sur nos permite incursionar sobre un terreno poco transitado e incluso marginal en los principales centros académicos, estimulando con ello el desarrollo de nuevos enfoques que nos posibiliten tomar distancia de un pensamiento hegemónico de tipo eurocentrista, para comenzar a gestar un corpus conceptual alternativo a la narrativa convencional.

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